Vengo de un mundo muy distinto
Cuando uno ha trabajado –como es mi caso– en empresas del sector logístico, de manufactura, en la industria de alimentos, en multinacionales del mundo del entretenimiento… y en algunas de ellas como responsable último de la operación, a primera vista la floricultura podría parecer un tema menor; incluso, quizás un negocio más primario. Nada más equivocado.
Cuando uno llega a GHT confirma que la floricultura es una agroindustria de enorme complejidad, con presencia de especialistas de altísimo nivel en los más diversos temas y en donde las posibilidades para desarrollarse no tienen límites.
Acá he enfrentado retos profesionales como nunca había tenido. El campo de acción es inmenso y fascinante.