Una cadena unida de punta a punta
Si nos detenemos por un momento y vemos lo que hemos logrado, no dejamos de sorprendernos: creamos un software que controla el movimiento de la flor desde el campo hasta los supermercados… sí, desde los cultivos en la Sabana de Bogotá, en el Oriente Antioqueño y en Ecuador hasta los puntos de venta en lugares tan remotos como Miami, Boston, Los Ángeles o Portland.
Y unir de punta a punta esta cadena al servicio de la floricultura significa unir más de 40 empresas productoras en diversas geografías, tres propagadoras, seis comercializadoras y alrededor de 20 bouqueteras, entre otras compañías… y lograr que el lenguaje que se utiliza sea el mismo en todos los eslabones, que las órdenes fluyan con agilidad en los dos sentidos, y que toda la información que generan –y que se convierte en insumo para el análisis– esté centralizada en una sola base.
Sin duda, ha sido un reto profesional maravilloso. Pero tal vez lo más interesante de todo es saber que, después de tantos años, seguimos creando: cada día hay algo nuevo por hacer, un nuevo frente para integrar, un nuevo desarrollo para sacar adelante en esta suite que se llama WebFlowers. Una suite que es más que una ERP, pues en GHT no trabajamos para una sola empresa. Así, entonces, podríamos acuñar una nueva sigla y decir que WebFlowers es una IERP, un sistema de planeación de recursos interempresariales.